Traducción
¿CIAO BELLA?
Convertida en más "mujer" en Cafe Society de Woody Allen, ¿Kristen Stewart ha dicho adiós a su legendaria habilidad tomboy para seducir? No es seguro.
Woody Allen la quería más femenina que nunca. Las piernas a menudo desnudas bajo faldas muy cortas, a menudo cubiertas de un vestido de tubo o con un chal de piel al alcance de la mano. En Café Society, queda muy alejada la eterna sudadera con capucha de Bella (Crepúsculo), la princesa gótica que la convirtió en una estrella, la misma que lleva como una segunda piel en la "vida de verdad", prefiriendo los atavíos grunges a la parafernalia de las chicas bonitas. Pero si Allen consiguió cambiarla a un look coqueto, se enfrenta a una realidad pegada a las zapatillas - estropeadas - de la actriz: el ser perfectamente indiferente al ruido que provoca su belleza, que, sin embargo, es ensordecedor. Impone, contra viento y marea de todos los que la graban, una actitud desapercibida con respecto a su habilidad para seducir, en un abrir y cerrar de ojos, a cualquier espectador. Así que, cuando Vonnie hace su aparición en Cafe Society, se sabe inmediatamente que el objeto de deseo será (una vez más) ella; que los hombres de la historia caerán en sus brazos o en una profunda tristeza si ella los aprecia o no. Pero en seguida la naturaleza discreta y pasiva de la actriz, que amamos y que esperamos impacientemente, vuelve a aparecer. Y entonces nos encontramos con la chica andrógina de mirada inquieta, con ese aspecto torpe y juvenil y esa sonrisa gentil que confieren a Stewart un poder que se convierte en una atracción, un maleficio o, incluso, en un dolor que implica una bofetada estética tan sonora que es inofensiva.
"K-Stew" es la nueva musa del señor Woody, que la convierte en la atracción irrefrenable de Cafe Society confirmando de paso la legitimación de la megaestrella de 26 años en el cine de autor. Illimité mantuvo una conversación telefónica con Los Ángeles con ella para entrevistarla. Bien, ¡allá vamos!
¡Estás con Woody Allen! Es la consagración y la legitimación final, ¿no?
K: Cuando pasé la audición, mi primer gran reto fue superar mis inseguridades. Estaba aterrada ante la idea de trabajar con semejante monumento y en su singular universo, con su propio vocabulario "alleniano". Su no puedes entender sus códigos, se acabó. Hice la audición sin haberme leído el guion, sin tener la mínima idea del tema de la película. Me dieron solamente un folleto con algunos diálogos. Pero bueno, una película de Woody Allen está tan bien escrita, es tan astuta...
¿Te mimó como si fueras el juguete nuevo?
K: Sus películas son artesanía de lujo de un gran maestro artesano. En su conjunto, él te transporta a su mundo. Hace todo lo posible para que te sientas a gusto, para divertirte, para que, al final de la jornada de rodaje, no tengas en absoluto la sensación de haber trabajado.
Me gustaría volver a eso que has dicho. ¡¿Todavía sigues haciendo audiciones para conseguir papeles?!
K: ¡Claro! Mi personaje Vonnie no puede estar más alejado de los personajes que he interpretado antes. Es delicada y dinámica, cualidades que no expreso por norma general. Imagino que el quería asegurarse de que yo era capaz de interpretarlos. Ya sabes, no supone ningún problema pasar las audiciones. Es raro pero no me importaría que me lo pidieran más a menudo. Me gusta demostrar que me merezco lo que consigo. Y, además, te da confianza ser elegida después de ser juzgada con objetividad.
Efectivamente, Vonnie es sonriente e ingenua y revolotea con vestiditos y con un lazo en el pelo. Eso va a ser chocante para el público que te conoce como una chica enigmática y taciturna.
K: De nuevo, está tan bien escrito que no tuve mucho que hacer para meterme en su piel. Trabajé mi acento californiano, al mismo tiempo tratando de seguir siendo natural, no como de dibujo animado. Y, sobre todo, tenía como compañero a Jesse (Eisenberg), con quién ya había trabajado. Somos amigos, nos hemos visto crecer mutuamente a lo largo de estas tres películas. Por otro lado, es curioso ver la evolución con el tiempo de las tres parejas que hemos formado: de niños inocentes a dos adolescentes que se enfrentan a la dura realidad de la vida, a las malas elecciones sentimentales... ¡Entre nosotros es coser y cantar! Los dos podemos rápidamente sacar un lado nerd. Por lo tanto, estoy a gusto con él. No me avergüenzo de nada, es EL compañero con quien puedo relajarme.
Sobre todo porque no tienes ninguna técnica a la que recurrir en caso de equivocación. Afirmas que nunca has tomado clases de interpretación, no trabajas con un preparador y prefieres la improvisación.
K: No estoy en contra, es sólo que, hasta ahora, en ninguno de mis papeles he necesitado un preparador. Si consigo uno que me exija acceder a zonas emocionales que no he explorado antes, me lo pensaría. Pero, incluso los ensayos de antes me molestan. Destruyen a tiros lo que puedo dar a la cámara cuando está grabando, el vértigo de la primera toma. Matan lo real, el momento, se cae en la imitación de la vida y, entonces, ya no puedo pensar en nada más que en el hecho de que todo es falso. Ser entrenado es como hacer una terapia. Acabas por conocerte tan bien que, ante una determinada situación, sabes que palanca accionar para tener la reacción correcta. Este aspecto intencionado no me gusta. Yo necesito temblar de miedo, los nervios, la energía... necesito no estar bien preparada y confiada. ¿No es muy profesional por mi parte? Bueno, es así como he construido mi carrera porque es lo que me funciona. ¡Hasta ahora al menos! (Risas)
Café Society muestra la crueldad de Hollywood, la fama, el sistema de celebridades, las desventajas de tu trabajo que has criticado públicamente. Ya en Sils Maria, de Olivier Assayas, en la que en la piel de la asistente de una estrella del cine, les decías en esencia un gran "Que te jodan".
K: Yo no digo "Fuck you" a la famosa. Adoro mi trabajo y, si, deploro lo que conlleva pero, ya sabes, las películas y lo que se dice en ellas es ficción. Eh... mentira.
Es cierto, pero bueno. Robert Pattinson y tú os convertisteis en estrellas a nivel mundial con Crepúsculo. Ya con la saga terminada, él ha interpretado a un chófer de famosos histéricos en Maps to the Stars mientras que tú hacías Sils Maria y Personal Shopper, ambas de Assayas, donde tú estarás de nuevo al servicio de una celebridad. ¿No significa nada según tú?
K: Quizás estos personajes interpretados por otra actriz no hubieran sido tan relevantes, por supuesto. Si un director quiere hablar de eso, entonces claro, eso significa que él confía esos papeles a personas que conocen bien lo que es, que realmente lo han experimentado. Olivier y Woody han comprendido eso...
Después de Crepúsculo, ¿te acercaste intencionadamente a ese tipo de cineastas para borrar un poco de Bella Swan como ídola adolescente?
K: Nunca he hecho nada para este fin específico, aunque soy consciente de que este impacto es muy fuerte. En mis elecciones cuenta también el aspecto de "vida". Aunque sea una película no muy buena, si me permite vivir una gran experiencia, voy a por ella, sin estar siempre preocupada por estar o no en una obra maestra. No hay estrategias o demasiadas precauciones en mi carrera.
Pero es importante, sin embargo, el apoyo de los intelectuales...
K: Soy consciente de que es genial estar asociado con este tipo de cineastas. Como una actriz estadounidense, trabajar fuera del país es una gran oportunidad. Hay una diferencia real con los Estados Unidos: te arriesgas y estás motivada. Al igual que Olivier, no venden su alma. En Francia las personas no hacen películas por el dinero o para volverse famosos, lo hacen enteramente por pasión, porque se necesita y sin concesiones.
Gracias en su nombre. Además, te ha sido recompensado con crecer: Café Society y Personal Shopper han sido seleccionadas para Cannes.
K: ¡Es mi alfombra roja favorita de todas las del mundo! ¿Sabes por qué? Porque no estás obligada a hablar con nadie. nadie te habla y no estás sola, sino con todo el elenco y con el director. Ves la película y en la sala sientes todos los fantasmas prestigiosos del pasado. Aunque todo el mundo odie la película, no pasa nada. Es genial.
Convertida en más "mujer" en Cafe Society de Woody Allen, ¿Kristen Stewart ha dicho adiós a su legendaria habilidad tomboy para seducir? No es seguro.
Woody Allen la quería más femenina que nunca. Las piernas a menudo desnudas bajo faldas muy cortas, a menudo cubiertas de un vestido de tubo o con un chal de piel al alcance de la mano. En Café Society, queda muy alejada la eterna sudadera con capucha de Bella (Crepúsculo), la princesa gótica que la convirtió en una estrella, la misma que lleva como una segunda piel en la "vida de verdad", prefiriendo los atavíos grunges a la parafernalia de las chicas bonitas. Pero si Allen consiguió cambiarla a un look coqueto, se enfrenta a una realidad pegada a las zapatillas - estropeadas - de la actriz: el ser perfectamente indiferente al ruido que provoca su belleza, que, sin embargo, es ensordecedor. Impone, contra viento y marea de todos los que la graban, una actitud desapercibida con respecto a su habilidad para seducir, en un abrir y cerrar de ojos, a cualquier espectador. Así que, cuando Vonnie hace su aparición en Cafe Society, se sabe inmediatamente que el objeto de deseo será (una vez más) ella; que los hombres de la historia caerán en sus brazos o en una profunda tristeza si ella los aprecia o no. Pero en seguida la naturaleza discreta y pasiva de la actriz, que amamos y que esperamos impacientemente, vuelve a aparecer. Y entonces nos encontramos con la chica andrógina de mirada inquieta, con ese aspecto torpe y juvenil y esa sonrisa gentil que confieren a Stewart un poder que se convierte en una atracción, un maleficio o, incluso, en un dolor que implica una bofetada estética tan sonora que es inofensiva.
"K-Stew" es la nueva musa del señor Woody, que la convierte en la atracción irrefrenable de Cafe Society confirmando de paso la legitimación de la megaestrella de 26 años en el cine de autor. Illimité mantuvo una conversación telefónica con Los Ángeles con ella para entrevistarla. Bien, ¡allá vamos!
¡Estás con Woody Allen! Es la consagración y la legitimación final, ¿no?
K: Cuando pasé la audición, mi primer gran reto fue superar mis inseguridades. Estaba aterrada ante la idea de trabajar con semejante monumento y en su singular universo, con su propio vocabulario "alleniano". Su no puedes entender sus códigos, se acabó. Hice la audición sin haberme leído el guion, sin tener la mínima idea del tema de la película. Me dieron solamente un folleto con algunos diálogos. Pero bueno, una película de Woody Allen está tan bien escrita, es tan astuta...
¿Te mimó como si fueras el juguete nuevo?
K: Sus películas son artesanía de lujo de un gran maestro artesano. En su conjunto, él te transporta a su mundo. Hace todo lo posible para que te sientas a gusto, para divertirte, para que, al final de la jornada de rodaje, no tengas en absoluto la sensación de haber trabajado.
Me gustaría volver a eso que has dicho. ¡¿Todavía sigues haciendo audiciones para conseguir papeles?!
K: ¡Claro! Mi personaje Vonnie no puede estar más alejado de los personajes que he interpretado antes. Es delicada y dinámica, cualidades que no expreso por norma general. Imagino que el quería asegurarse de que yo era capaz de interpretarlos. Ya sabes, no supone ningún problema pasar las audiciones. Es raro pero no me importaría que me lo pidieran más a menudo. Me gusta demostrar que me merezco lo que consigo. Y, además, te da confianza ser elegida después de ser juzgada con objetividad.
Efectivamente, Vonnie es sonriente e ingenua y revolotea con vestiditos y con un lazo en el pelo. Eso va a ser chocante para el público que te conoce como una chica enigmática y taciturna.
K: De nuevo, está tan bien escrito que no tuve mucho que hacer para meterme en su piel. Trabajé mi acento californiano, al mismo tiempo tratando de seguir siendo natural, no como de dibujo animado. Y, sobre todo, tenía como compañero a Jesse (Eisenberg), con quién ya había trabajado. Somos amigos, nos hemos visto crecer mutuamente a lo largo de estas tres películas. Por otro lado, es curioso ver la evolución con el tiempo de las tres parejas que hemos formado: de niños inocentes a dos adolescentes que se enfrentan a la dura realidad de la vida, a las malas elecciones sentimentales... ¡Entre nosotros es coser y cantar! Los dos podemos rápidamente sacar un lado nerd. Por lo tanto, estoy a gusto con él. No me avergüenzo de nada, es EL compañero con quien puedo relajarme.
Sobre todo porque no tienes ninguna técnica a la que recurrir en caso de equivocación. Afirmas que nunca has tomado clases de interpretación, no trabajas con un preparador y prefieres la improvisación.
K: No estoy en contra, es sólo que, hasta ahora, en ninguno de mis papeles he necesitado un preparador. Si consigo uno que me exija acceder a zonas emocionales que no he explorado antes, me lo pensaría. Pero, incluso los ensayos de antes me molestan. Destruyen a tiros lo que puedo dar a la cámara cuando está grabando, el vértigo de la primera toma. Matan lo real, el momento, se cae en la imitación de la vida y, entonces, ya no puedo pensar en nada más que en el hecho de que todo es falso. Ser entrenado es como hacer una terapia. Acabas por conocerte tan bien que, ante una determinada situación, sabes que palanca accionar para tener la reacción correcta. Este aspecto intencionado no me gusta. Yo necesito temblar de miedo, los nervios, la energía... necesito no estar bien preparada y confiada. ¿No es muy profesional por mi parte? Bueno, es así como he construido mi carrera porque es lo que me funciona. ¡Hasta ahora al menos! (Risas)
Café Society muestra la crueldad de Hollywood, la fama, el sistema de celebridades, las desventajas de tu trabajo que has criticado públicamente. Ya en Sils Maria, de Olivier Assayas, en la que en la piel de la asistente de una estrella del cine, les decías en esencia un gran "Que te jodan".
K: Yo no digo "Fuck you" a la famosa. Adoro mi trabajo y, si, deploro lo que conlleva pero, ya sabes, las películas y lo que se dice en ellas es ficción. Eh... mentira.
Es cierto, pero bueno. Robert Pattinson y tú os convertisteis en estrellas a nivel mundial con Crepúsculo. Ya con la saga terminada, él ha interpretado a un chófer de famosos histéricos en Maps to the Stars mientras que tú hacías Sils Maria y Personal Shopper, ambas de Assayas, donde tú estarás de nuevo al servicio de una celebridad. ¿No significa nada según tú?
K: Quizás estos personajes interpretados por otra actriz no hubieran sido tan relevantes, por supuesto. Si un director quiere hablar de eso, entonces claro, eso significa que él confía esos papeles a personas que conocen bien lo que es, que realmente lo han experimentado. Olivier y Woody han comprendido eso...
Después de Crepúsculo, ¿te acercaste intencionadamente a ese tipo de cineastas para borrar un poco de Bella Swan como ídola adolescente?
K: Nunca he hecho nada para este fin específico, aunque soy consciente de que este impacto es muy fuerte. En mis elecciones cuenta también el aspecto de "vida". Aunque sea una película no muy buena, si me permite vivir una gran experiencia, voy a por ella, sin estar siempre preocupada por estar o no en una obra maestra. No hay estrategias o demasiadas precauciones en mi carrera.
Pero es importante, sin embargo, el apoyo de los intelectuales...
K: Soy consciente de que es genial estar asociado con este tipo de cineastas. Como una actriz estadounidense, trabajar fuera del país es una gran oportunidad. Hay una diferencia real con los Estados Unidos: te arriesgas y estás motivada. Al igual que Olivier, no venden su alma. En Francia las personas no hacen películas por el dinero o para volverse famosos, lo hacen enteramente por pasión, porque se necesita y sin concesiones.
Gracias en su nombre. Además, te ha sido recompensado con crecer: Café Society y Personal Shopper han sido seleccionadas para Cannes.
K: ¡Es mi alfombra roja favorita de todas las del mundo! ¿Sabes por qué? Porque no estás obligada a hablar con nadie. nadie te habla y no estás sola, sino con todo el elenco y con el director. Ves la película y en la sala sientes todos los fantasmas prestigiosos del pasado. Aunque todo el mundo odie la película, no pasa nada. Es genial.
Ella brilla con luz propia, le pese a quién le pese..
ResponderEliminarSale lindísima en la peli y q este en la portada del especial.. Bien dicen q es la reina de cannes.
ResponderEliminarSOLO HAY UNA REINA Y ES KRISTEN STEWART. ME ENCANTA QUE KRISTEN NO SEA UNA CONFORMISTA QUE SE DESAFIÉ Y SE SUPERE CADA DÍA. SOS UN EJEMPLO DE MUJER UNA PROFESIONAL EN TODO EL SENTIDO DE LA PALABRA NENA HERMOSA.
ResponderEliminarHermosa❤
ResponderEliminarMe encantó la introducción de la entrevista!! MUY LINDAS PALABRAS SOBRE KRISTEN ES EXACTAMENTE COMO YO LA MIRO UNA DIOSA!!
ResponderEliminar¿cuando pasara?, ¿cuando llegara? el día en que ya no le mencionen a Robert osea que solo le comente cosas de ella y por ella sin meterlo a el ¿cuando?
ResponderEliminarJijiji!!
ResponderEliminarPues ami me encanta que le pregunten de todo, tota ella tiene respuesta ... para todo!!
Y bueno, nada es casualidad, estos dos estan conectados asta en la manera de dar entrevistas, solo es cuestión de leer todas y cada una de ellas , ellas aún que tal vez ni son (amigos) los dos estan luchando por llegar a un mismo sitio, pero eso solo el tiempo podrá callar a todas y cada una de las personas que los seguimos y los amamos....