La veiticuatroañera, que recientemente se convirtió en la primera actriz estadounidense en ganar el equivalente de Francia del Oscar por 'Clouds of Sils Maria', pregunta: "¿Por qué no mencionamos el hecho de que es una locura que haya tanta gente llena de eso? ¿Y por qué les estamos consumiendo en masa?".
"Nunca he, he estado como, 'Un día, voy a ganar un Oscar'", Kristen Stewart me dijo el viernes, cuando nos encontramos en el campus de Santa Monica College. La jóven de 24 años de edad, que ha estado actuando desde la edad de nueve años, dice que sus sueños siempre se han centrado en el trabajo, no en la recompensa. "En verdad, mi 'un día', era siempre, '¡Voy a ser directora! ¡Un día voy a dirigir películas!'"
La principal razón de que Stewart posea esta actitud es su comprensión - obtenida de sus 15 años de experiencia y de sus padres, que también trabajan en la industria - de que el trabajo es lo que importa, no el dinero, la fama o los elogios, todos los cuales tienen un valor efímero. Pero, lo que deja entrever, parte de ello es también un mecanismo de defensa: "Me he tragado tanta mierda que estoy como, '¡No soy la ganadora!' No voy a venirme abajo si no recibo una palmadita en la espalda. Estoy acostumbrada a que me pateen el trasero".
Debido a eso, Stewart estaba tan sorprendido como cualquiera el 20 de febrero cuando, desde su asiento en París en la 40ª edición de los premios César - los Oscar de Francia -, oyó su nombre como la ganadora del premio a la mejor actriz de reparto por su actuación como asistente de una estrella de cine en 'Clouds of Sils Maria' de Olivier Assayas, convirtiéndose en la primera actriz estadounidense en llevarse a casa un César. (La película, que ha aportado a Stewart algunas de las mejores críticas de su carrera, se estrenó en Cannes en mayo pasado, se proyectó en los festivales de Toronto, Nueva York y el AFIfilm y se estrenará en Estados Unidos finalmente el 10 de abril)
"Oh, hombre, estaba como soñando, para ser honesta", dice Stewart. "No podía creer que me nominaron, y entonces obviamente yo realmente, realmente no podía creer que me lo dieron a mí, porque esa gente rara vez da elogios, especialmente para los estadounidenses." Y añade: "Me sentí muy bien", y luego dice en un tono presumido falso, "Yo prefería un Oscar francés [a un Oscar Americano]" antes de estallar en carcajadas.
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