Durante el año pasado, Robert Pattinson ha estado tratando de desaparecer. Dice que ha estado evitando activamente tengan su foto tomada, tratando de borrar un personaje de tabloide.
"Sólo estoy tratando de no estar en estúpidas revistas de chismes, básicamente, y pienso que la mejor manera de hacerlo es nunca ser fotografiado", dice Pattinson. "A medida que envejezco, apenas consigo más y más y más autoconciencia acerca de llegar a ser fotografiado. Yo no sé por qué. Yo lo he hecho demasiadas veces, y ahora siento como todo el mundo pudiera ver a través de mí."
No ser fotografiado, no es una opción para Pattinson en el Festival de Cine de Cannes: La anual Cote d'Azur extravaganza es famosa por sus murallas de fotógrafos y su hambre rabiosa por las celebridades.
Pero Pattinson ha revelado una nueva, más madura imagen de sí mismo en este año en Cannes. El protagoniza en dos de los mejores filmes del festival: el magro, thriller distópico de David Michod "The Rover" y, en competición, la oscura sátira de Hollywood de David Cronenberg "Maps to the Stars." En este último, él interpreta un conductor de limusinas de Los Angeles tratando romper dentro del negocio del cine.
En "The Rover", la cual se estrena en Estados Unidos el 13 de junio, el da sin duda su mejor actuación, sin embargo, la interpretación de un imbécil ensangrentado quien viaja a través de un futuro cercano interior australiano con un hombre lacónico sediento de venganza (Guy Pearce) . Con un vacilante acento sureño, el es un roñoso, herido cachorro de un hombre leal a su compañero.
Más que cualquier film antes, "The Rover" anuncia el 28-años de edad, ex estrella de "Twilight" como un talentoso actor de rango, capaz de desaparecer en un rol complicado.
"Es, literalmente, exactamente lo que quería", dijo Pattinson de su Cannes, sonriendo encima del Palais des Festivals.
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