Kristen Stewart, rebelde con causa
Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) ha sido carne de tabloide durante demasiado tiempo, tanto como hace de la fecha del anuncio de su fichaje como protagonista de la saga 'Crepúsculo', en noviembre de 2007. Desde su vinculación a esta serie taquillera, su vida sentimental -últimamente pasea de la mano de su novia- y sus gustos estéticos han sufrido el acoso de la prensa. Y ya va para nueve años. Se la ha calificado de tímida en los medios más condescendientes, y de hermética y arisca en los inquisitivos, pero ella se ha defendido en términos muy razonables: "Cualquiera que pueda percibirme como cautelosa será generalmente en el contexto de una entrevista fugaz y superficial, que no significa nada para mí. Pero en realidad, me muero todo el tiempo por revelarme como actriz y como persona, por ponerme al descubierto". Durante su promoción en el Festival de Cannes del tortuoso drama 'Personal Shopper', hizo honor a sus palabras con un despliegue de franqueza y elocuencia. Cuando dispone de tiempo para explayarse y las preguntas no arremeten contra su vida privada, la actriz, de 27 años, no brinda respuestas monosilábicas ni esquivas, sino que hace un alto para reflexionar cada contestación.
Ahora que has interpretado a una 'personal shopper', ¿ha cambiado tu punto de vista sobre este oficio tan habitual en tu círculo?
Sé cómo es el trabajo de los estilistas. Un buen profesional de esta área es aquel que te conoce a la perfección y sabe subrayar tu personalidad, darle solidez y hacerte sentir bien. He trabajado con la misma estilista (Tara Swennen) desde que tenía 12 años. Quizá suene frívolo y a cliché, pero me encanta la colaboración que mantenemos. No hay nada de malo en ello, me divierto. Los actores no podemos rastrear las mejores prendas, no disponemos de ese tiempo.
¿En qué criterio te basas para tus estilismos en la alfombra roja?
El atuendo que elijo suele tener que ver con las películas, es como una lectura de los personajes, una continuación de la historia, una nota a pie de página. Para el estreno en el Festival de Cannes de 'Personal Shopper', por ejemplo, iba toda de blanco porque quería sentirme pura, joven y expuesta. Normalmente no visto con ropa muy recargada, pero con lo oscura que es esta película quería aportar algo de inocencia y subrayar que estábamos bien, que en realidad nos deja contentos el resultado.