En el plató con las estrellas, mientras que la seguridad de Breaking Dawn se defiende de los temibles paparazzi.
VANCOUVER - Trabajar en cualquier película se parece mucho a acampar, pero al ser un extra en The Twilight Saga: Breaking Dawn, con su secreta y distante locación y la prohibición total de los dispositivos electrónicos, nos hizo sentir como presos en un campo de prisioneros.
Como invitados en la boda más grande de vampiros en la historia del cine, fuimos llevados en autobuses desde West Vancouver hasta Squamish y desembarcamos en el campamento base, o "circo", el cual serpenteaba por un camino incomodo hacia el bosque. Después de vestuario, peinado y maquillaje, pasábamos a través de "Checkpoint Charlie" detectores de metales, y luego viajábamos en furgonetas hacia la propiedad de tiendas de campaña donde nos sentamos durante horas a comer comida chatarra.
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